Los secretos del cabo

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Es sin duda uno de los lugares de visita obligada para todo aquel que se encuentre en la provincia de Almería. Con una extensión de más de 60km de costa, playas paradisíacas y fondos marinos de gran riqueza; hacen que se haya convertido en un destino puntero para quienes quieran relajarse en sus aguas cristalinas y disfrutar del silencio imperioso que habita en el Parque.
Existen muchas historias que la gente de antaño vivió y que hoy en día perduran gracias a familiares y amigos que aún las recuerdan. Tal vez, las más populares sean las que cuentan los pescadores de la zona que, como buenos conocedores del mar, saben perfectamente los días que son favorables para salir a navegar, para bañarse o simplemente para estar en la playa. Cuentan que en un tiempo pasado confundían a las focas monje con sirenas, aunque sorprenda, hubo un periodo en el que éstas habitaban las costas almerienses. Por desgracia, en la actualidad no es así. Anécdota que sirvió para dar nombre al maravilloso enclave rocoso conocido como “Arrecife de las Sirenas”. Se trata de un conjunto de formaciones rocosas creadas por material magmático y moldeadas a capricho por la erosión y fiereza del agua. Puede que no se trate de un lugar idóneo para el baño, pero merece la pena contemplarlo y disfrutar del sonido de las olas al romper en las rocas.
Otra leyenda habla de los naufragios sucedidos en la zona, algo que llegó a preocupar a los navegantes de la época y que hicieron del Cabo de Gata un lugar de pesadilla y sumo respeto.
Los piratas también han formado parte de la historia del Cabo pues, como muestra de ello, poseemos algunos torreones a lo largo del litoral que sirvieron como vigías frente a la llegada de los corsarios. Solían llegar a la costa, aparte de por la situación estratégica, para descansar y reponer víveres.

Y como de historia se trata, no puedo dejar de mencionar las Salinas, originarias desde la época fenicia y lugar de industria salinera y hábitat de numerosas especies.


Y si lo que quieres es disfrutar de las mejores vistas, sólo tienes que subir al faro y disfrutar de la belleza sin igual que ofrece el lugar.
¡Y no olvides que desde él, alguien te estará observando………..!

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Un comentario

  1. Laura Responder

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